Características
Los hechos se narran según el orden temporal en que ocurrieron, a menudo por testigos presenciales o contemporáneos, ya sea en primera o en tercera persona. En la crónica se utiliza un lenguaje sencillo, directo, muy personal y admite un lenguaje literario con uso reiterativo de adjetivos para hacer énfasis en las descripciones. Emplea verbos de acción y presenta referencias de espacio y tiempo. La crónica lleva cierto distanciamiento temporal a lo que se le llama escritos históricos.
Anales, crónicas y crónicas universales
En la Edad Media y el Renacimiento, la utilización de los términos "anales", "crónicas" e "historias" es ambigua, equívoca y, en la práctica, intercambiable.
Propiamente, los anales únicamente distinguen los hechos año por año, mientras que las crónicas son registros históricos en los que los hechos son simplemente registrados en el orden de su sucesión por un autor que es al menos en parte contemporáneo de los hechos que registra. El género de la crónica universal surge de la necesidad de introducir en el relato cronístico los orígenes del mundo y el hombre según la Biblia, continuando con la historia del pueblo elegido hasta el nacimiento, vida, muerte y resurrección de Cristo y el surgimiento y expansión del cristianismo; además procura establecer sincronismos entre la cronología bíblica y las de los imperios antiguos, la de Grecia (arcontes de Atenas) y la de Roma.